Otro convenio es posible

En el acta final de la negociación del Convenio Colectivo de Grandes Almacenes, los firmantes –reiteramos que nosotros no lo somos- se comprometían a remitirnos lo firmado para que los no firmantes pudiéramos valorarlo. Huelga decir que una vez hechas las presentaciones de rigor, nos animaron a abandonar la sala.

Hoy se cumple una semana desde que adquirieran tal compromiso, y… fieles a su habitual proceder, no hemos recibido mas que la callada por respuesta.
Si lo teníamos claro el nefasto día que cerraron el convenio, su lectura reflexiva y sosegada nos reafirma en nuestra sólida convicción de no suscribir semejante desaguisado.

El sector de grandes supercies merece en estos momentos otro convenio. Uno que reconozca el esfuerzo de los 300.000 trabajadores que durante más de veinte años se han visto privados de un derecho esencial –descansar y ejercer el ocio–, y no el actual, que sólo responde a la ambición desbocada de una patronal cicatera e insolidaria que continúa enrocada en un maximalismo anacrónico e inflexible.

Otro convenio que refleje respeto por los que han estado aportando, además de su trabajo, conocimiento y buen hacer (las “sisas” a las que nos tienen acostumbrados estas empresas).
Otro convenio que cuando enfermemos no permita que la cobertura que teníamos pactada desde antaño se vea mermada en, nada más y nada menos, que ¡tres días de salario! –los tres primeros–.

Otro convenio que a la hora de reconocer la profesionalidad –antes a los siete años, ahora a los diez y con “matices”– no establezca condiciones “improbables” o “utópicas”. ¿O acaso es habitual la impartición de cursos como monitores por parte de las cajeras o reponedores?
En conclusión, seguimos creyendo que otro convenio es posible. Eso sí, siempre y cuando no dependa de una supuesta representación que se limita a justificar de manera laxa los derechos de los trabajadores y está más pendiente de “otras necesidades”.

LOS TRABAJADORES NO MERECEN ESTE CONVENIO