¿Ignorancia o mala fe?

Anda por ahí un panfleto, de uno de los firmantes del nefasto Convenio de Grandes Almacenes, que en su afán por justificar lo injustificable, acaba por difundir, en una suerte de pirueta argumental, los regresivos, anacrónicos e insolidarios argumentos empresariales.
Dicen estos iluminados que la culpa de lo firmado en materia de jornada, es decir, la desregulación total de la misma, es de quienes no hemos firmado dicho convenio. Absurdo, ¿no? Da la sensación de que empiezan a vislumbrar la cruda realidad de lo que han suscrito y pretenden echarnos el muerto encima.

Y como tanto gustan de poner ejemplos, ahí va uno fruto de un acuerdo de UGT con Makro: con la aplicación de la misma sentencia que ellos entienden dañina para los trabajadores, hemos conseguido el disfrute de seis días en un mes –respetando el anterior convenio y con ello la regulación de la jornada– y de dos días de descanso todas las semanas a partir de 2012. En conclusión, 248 días de presencia, sin desregulación horaria y manteniendo los turnos existentes.
Por contra, los firmantes del convenio han olvidado las jornadas que veníamos haciendo los trabajadores hasta el momento, de tal manera que las empresas van a repartir las 1770 horas anuales como mejor les parezca. Y encima, dejando a los comités maniatados en esa posible aplicación al haber aceptado en el propio convenio la existencia de causas que ayuden a éstas a hacer de su capa un sayo.

No consiguen ni uno sólo de los beneficios que las sentencias del Supremo otorgan a los trabajadores. O dicho de otra manera, abren la puerta a que las empresas puedan aplicar el descanso como siempre han pretendido: ¡perjudicando a los trabajadores!
Por tanto, que dejen de contar milongas. Ellos, y sólo ellos, han firmado, no 8 como dicen, sino 9 horas diarias, que con su “maravilloso” convenio pueden convertirse hasta en 10 horas de presencia en el centro de trabajo. Y como siempre y para más inri, eluden sus responsabilidades y mandatan a los comités para su aplicación cuando ya han cercenado su capacidad de maniobra.

Hablemos de salarios. Ya dijimos en nuestro primer comunicado que la subida del 2009 no nos parecía mala en el actual contexto socioeconómico. Ahora bien, nos lo van a hacer pagar el resto de los años del convenio. De la aplicación de lo firmado resultaría que, si bien el año 2009 quedaría salvado, el resto de años podremos encontrarnos con incrementos salariales inferiores al IPC real; es decir, iremos perdiendo poder adquisitivo sucesivamente. Y nos preguntamos, ¿a quiénes se refieren cuando afirman pretenciosamente que “cubren sus garantías y expectativas”? Desde luego, a los trabajadores del sector ¡no! Otra vez la extraña pirueta que les sitúa defendiendo intereses ajenos.

Y la guinda. Cuando tienen que explicar los avances logrados en cobertura por IT se quedan sin argumentos y no les queda otra que ligarla al compromiso de empleo en el sector. Vamos, que en el momento que menos índice de absentismo hay en las empresas es cuando más empleo se está destruyendo (según datos patronales, cerca de 70.000 empleos destruidos). De modo que, lejos de garantizar el empleo, se dedican a rebajar las condiciones de los que enferman.

Además, en su torpeza explicativa se apuntan, con absoluta naturalidad y sin sonrojo aparente, los avances en materia de lactancia y ventas especiales que ya estaban conseguidos por sentencias del Supremo ganadas por UGT. Ahondado en su impericia, olvidan que hay alguna sentencia más que debería estar en el convenio. Por ejemplo, la referente al permiso retribuido en caso de hospitalización por parto de familiar, o la de imposibilidad de perjuicio económico mientras se disfruta el derecho de lactancia en cualquiera de sus modalidades.
Tiempo abrá para exigir el puntual cumplimiento de todas ellas, puesto que nos disponemos a trabajar en los comités para frenar los avances que los firmantes han concedido… a la patronal.

LOS TRABAJADORES NO NOS MERECEMOS ESTE CONVENIO