Tras realizar las pertinentes consultas con sus secciones sindicales en grandes almacenes, la CHTJ-UGT ha definido su posición y estrategia con vistas a alcanzar los máximos logros posibles en la actual fase negociadora del convenio. En los análisis realizados se han tenido presentes tanto el desfavorable contexto económico, como las reticencias de la patronal para abordar las materias claves del convenio.
Las empresas, además, están pretendiendo satisfacer sus necesidades por la vía de vaciar de contenido la propia negociación, presentando y resolviendo en los comités intercentros, comisiones delegadas, etc…, los asuntos que tienen que negociar en la mesa a propósito (es decir, dar algo a cambio por lo que piden). Estas afirmaciones están avaladas por los recientes acuerdos de vacaciones en dos grandes empresas del sector. Desde UGT denunciamos esta estrategia, ya que conduce a devaluar más, si cabe, los contenidos del convenio y a debilitar las posiciones de los trabajadores. Esta es una táctica muy peligrosa: si devalúas la negociación, ésta termina haciéndose innecesaria para solventar los conflictos de intereses contrapuestos; y no es ese, precisamente, el camino que más conviene en estos momentos.
Por el contrario, desde UGT exigimos a los representantes patronales que negocien en la mesa, porque así podremos evaluar si todos sus planteamientos son los que el sector necesita ahora y en el futuro. Porque estamos plenamente convencidos de que nuestras propuestas encaminadas a mantener el empleo con derechos y mejorar los salarios son básicas en la actual coyuntura económica. Es más, a diferencia de la patronal, creemos que todo lo que supone más desprotección para los trabajadores es perjudicial para el sector (recortes en IT, planificación de vacaciones, modelo salarial, y búsqueda del descanso semanal sin tener que darlo).
Por todo ello instamos al conjunto de los trabajadores a mantener activo el proceso de negociación y a sumar voluntades y esfuerzos a favor de las siguientes reivindicaciones:
• Garantía cierta del disfrute del derecho al descanso semanal sin que por ello tengamos que “pagar” con nuestros actuales avances.
• Determinación de los salarios sobre la base del actual modelo fijado en todos los convenios de este sector. Que ha sido válido para determinar los salarios en cualquier momento.
Estas y el resto de las que contenía nuestra plataforma siguen siendo nuestras reivindicaciones. Reivindicaciones justas, legítimas y oportunas que hasta ahora han sido rechazadas por la patronal con la única argumentación de la crisis económica.
Estamos dispuestos a escuchar propuestas tendentes a encontrar soluciones, convencidos de que las nuestras están bien orientadas. Le sigue tocando a la patronal poner sobre la mesa iniciativas que refuercen el sector en su totalidad y no sólo las cuentas de los consejos de administración. Nosotros, que hemos sufrido su avaricia desmedida, no somos los responsables de su falta de previsión, sino un activo básico para el buen funcionamiento del sector. Aun sabiendo que vivimos momentos de sacrificio, los trabajadores no podemos pagar la crisis: muchos compañeros y compañeras ya la están sufriendo en sus familias. Tenemos, por tanto, la obligación de seguir exigiendo a la patronal que reflexione y se convenza de que con recortes y rebajas de derechos no saldremos nunca de esta encrucijada.
El sector, los más de 300.000 trabajadores y trabajadoras que lo componen, reclama políticas de confianza, mejora y desarrollo. Si quieren competir con los servicios que prestan a la sociedad, tienen que abandonar de una vez por todas la nociva y vana pretensión de rebajar los derechos de los trabajadores. Si lo hacen, seguro que sacamos al sector de la crisis y elevamos su reconocimiento en la sociedad.
Las empresas, además, están pretendiendo satisfacer sus necesidades por la vía de vaciar de contenido la propia negociación, presentando y resolviendo en los comités intercentros, comisiones delegadas, etc…, los asuntos que tienen que negociar en la mesa a propósito (es decir, dar algo a cambio por lo que piden). Estas afirmaciones están avaladas por los recientes acuerdos de vacaciones en dos grandes empresas del sector. Desde UGT denunciamos esta estrategia, ya que conduce a devaluar más, si cabe, los contenidos del convenio y a debilitar las posiciones de los trabajadores. Esta es una táctica muy peligrosa: si devalúas la negociación, ésta termina haciéndose innecesaria para solventar los conflictos de intereses contrapuestos; y no es ese, precisamente, el camino que más conviene en estos momentos.
Por el contrario, desde UGT exigimos a los representantes patronales que negocien en la mesa, porque así podremos evaluar si todos sus planteamientos son los que el sector necesita ahora y en el futuro. Porque estamos plenamente convencidos de que nuestras propuestas encaminadas a mantener el empleo con derechos y mejorar los salarios son básicas en la actual coyuntura económica. Es más, a diferencia de la patronal, creemos que todo lo que supone más desprotección para los trabajadores es perjudicial para el sector (recortes en IT, planificación de vacaciones, modelo salarial, y búsqueda del descanso semanal sin tener que darlo).
Por todo ello instamos al conjunto de los trabajadores a mantener activo el proceso de negociación y a sumar voluntades y esfuerzos a favor de las siguientes reivindicaciones:
• Garantía cierta del disfrute del derecho al descanso semanal sin que por ello tengamos que “pagar” con nuestros actuales avances.
• Determinación de los salarios sobre la base del actual modelo fijado en todos los convenios de este sector. Que ha sido válido para determinar los salarios en cualquier momento.
Estas y el resto de las que contenía nuestra plataforma siguen siendo nuestras reivindicaciones. Reivindicaciones justas, legítimas y oportunas que hasta ahora han sido rechazadas por la patronal con la única argumentación de la crisis económica.
Estamos dispuestos a escuchar propuestas tendentes a encontrar soluciones, convencidos de que las nuestras están bien orientadas. Le sigue tocando a la patronal poner sobre la mesa iniciativas que refuercen el sector en su totalidad y no sólo las cuentas de los consejos de administración. Nosotros, que hemos sufrido su avaricia desmedida, no somos los responsables de su falta de previsión, sino un activo básico para el buen funcionamiento del sector. Aun sabiendo que vivimos momentos de sacrificio, los trabajadores no podemos pagar la crisis: muchos compañeros y compañeras ya la están sufriendo en sus familias. Tenemos, por tanto, la obligación de seguir exigiendo a la patronal que reflexione y se convenza de que con recortes y rebajas de derechos no saldremos nunca de esta encrucijada.
El sector, los más de 300.000 trabajadores y trabajadoras que lo componen, reclama políticas de confianza, mejora y desarrollo. Si quieren competir con los servicios que prestan a la sociedad, tienen que abandonar de una vez por todas la nociva y vana pretensión de rebajar los derechos de los trabajadores. Si lo hacen, seguro que sacamos al sector de la crisis y elevamos su reconocimiento en la sociedad.
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